11 de Marzo de 2019
“La isla Madre de Dios es una obra de arte”. El relato de Franz Kroeger, uno de los participantes de la expedición “Última Patagonia 2019”

Compartir a través de:

“Es una experiencia sublime”, así resume el geógrafo Franz Kroeger su paso por el Archipiélago Madre de Dios, conjunto de 54 islas ubicadas en la región de Magallanes y que el Ministerio de Bienes Nacionales postulará para ser reconocido como Patrimonio Natural Mundial de la UNESCO.  

“Las condiciones climáticas son intensas. En promedio, sólo 10 días al año no llueve. Caen entre 8 y 10 metros de lluvia al año; no milímetros, metros. El viento normalmente llega a los 80 km/hora y cuando se incrementa llega al doble”, cuenta Franz, funcionario del Ministerio de Bienes Nacionales, quien participó de una expedición internacional de 48 exploradores y científicos de Francia, Chile, Suiza, Ucrania, España y Portugal, que estuvo dos meses investigando en este recóndito lugar. Esta expedición, que se realiza cada dos años, es encabezada por la organización Centre Terre, con el apoyo del Ministerio de Bienes Nacionales y el gobierno de Francia.

El clima no hizo fácil el viaje al archipiélago. “Nos demoramos tres noches y cuatro días en llegar desde Puerto Natales en barco, entendiendo las corrientes marinas y las mareas, atracando en alguna costa rocosa para aprovisionarnos de agua fresca, o también si teníamos alguna falla –cosa que sí ocurrió-, con el peligro de quedar a la deriva”, recuerda el geógrafo quien asegura que todo valió la pena.

“La isla es una obra de arte, puedes sentir sus relieves blancos, esculpidos por la lluvia y el viento. Cada forma, a gran escala, como cerros, valles y mesetas son totalmente sorprendentes. Y en la pequeña escala, en los detalles, las formas son tan finas y delicadas que maravillan”, relata Franz Kroeger, quien reconoce que moverse en ese lugar no es nada fácil. “La topografía es muy escarpada. Casi no existen lugares planos, el bosque es muy cerrado y las piedras son resbalosas y filudas”, asegura.

Y si bien la majestuosa belleza del archipiélago se lleva todos los aplausos, Franz destaca la experiencia de participar en una expedición científica internacional y de tanta envergadura. “Eran 48 personas entre exploradores y científicos de referencia mundial, lo que implica una tremenda coordinación y gestión. Además había cinco personas dedicadas a la filmación de un documental. Conocí gente dedicada, preocupados por sus colegas y dispuestos a trabajar en equipo”, concluye Kroeger, dejando entrever su deseo de regresar.

El archipiélago, comprende un conjunto de 54 islas que en total suman un aproximado de 116.403,18 hectáreas que pertenecen al fisco y está ubicado a los 51° Latitud Sur, en la Patagonia Occidental. Fue declarado en 2007 como Bien Nacional Protegido (BNP).